¡Contra lo políticamente correcto, contra el pensamiento único!

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Decía Fernando Savater que la principal misión de un panfleto era irritar. Eso es lo que pretende Kane desde esta tribuna: irritar y hacerlo de manera razonable; es decir, mucho, tanto como sea posible. Irritar a todos los descreídos, a todos los pusilánimes, a aquellos que han inventado la teoría de “lo políticamente correcto”.
 
Kane, parafraseando a José Luis de Sampedro, prefiere el “no de los hombres frente al sí de las niñas”. Kane se opone, frontalmente, a los políticamente correctos, a todos los que mantienen el pensamiento único y creen que es el único pensamiento posible, a los que son republicanos convencidos y se declaran partidarios de nuestro Rey, a todos los que se dicen socialistas y aparentan ser liberales, a todos los que tratan mejor a los enemigos que a los amigos, a los que no tienen complejos en declararse nacionalistas y persiguen, cruelmente, al resto de los españoles, a los que son agnósticos porque no se atreven a ser ateos.
 
Kane declara la necesidad de enfrentarse, intelectualmente, a los “talibanes” del relativismo, a los intolerantes con el pensamiento ajeno, a los nuevos y viejos censores de conciencias, a los arquitectos de mundos utópicos que han conducido a los hombres y las naciones a la sistemática del genocidio.
 
Kane lanza una proclama para superar los clichés establecidos que nos encorsetan en contradicciones ficticias, tendentes a mutilar una parte de nuestra alma. Kane alza su voz contra los que se amputan una parte de sí mismos para declararse de izquierdas o derechas, contra los que creen que la derecha no puede defender causas sociales y que la izquierda no puede sostener el valor de la Patria, contra los ecologistas que son antes rojos que verdes, contra los defensores de los derechos animales que no se despeinan cuando se agreden los derechos humanos, contra los defensores de la pena muerte que suelen matarnos de pena, contra aquellos que justifican el aborto como un derecho de las mujeres y ven en la eutanasia activa un eficaz modo de ahorro sanitario, despreciando el valor sagrado y absoluto de la vida humana.
 
Kane eleva su voz para defender, con Havel, las intenciones de la vida frente a las intenciones del poder y cree en la libertad, la dignidad de los hombres.
 
Kane concibe la justicia, desde un punto de vista ético, como la posibilidad de que los mejores no tengan que renunciar a lo que les corresponde para situarse donde dictan los valores medios.
 
Kane, tiene un sentido heroico de la existencia y quiere preservar todo lo raro, precioso y diferente. Kane quiere conservar todo lo noble y hermoso.
 
Kane, para concluir cree que la verdad, la bondad y la belleza son realidades posibles y alcanzables y si no lo fuesen habría que tender a ellas como la flecha del arquero tiende al centro de la diana que persigue.
¡Contra lo políticamente correcto, contra el pensamiento único!

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