Porque "erosionan la cultura local"

Los países árabes se plantean la expulsión de 14 millones de extranjeros

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Los quebequeses no son los únicos que reflexionan sobre el impacto social y cultural de la inmigración y sobre la capacidad de integración de inmigrantes cuya cultura está en las antípodas de la cultura local.
 
Los países arabo-musulmanes, que tienen una importante población de trabajadores inmigrantes de origen principalmente asiático, se hacen las mismas preguntas.
 
Pero mientras que los quebequeses, que han entablado un debate democrático y sereno sobre la cuestión, son acusados de fascismo, de xenofobia, de racismo y de islamofobia –en particular por los musulmanes-, los países del Golfo, esos otros musulmanes, ¡consideran la expulsión masiva de extranjeros! En lugar de demonizar a los quebequeses, los musulmanes de Québec harían bien en apreciar a un pueblo cuya cultura haría impensable recurrir a semejantes medidas draconianas.
 
Amenaza de la identidad en los países del Golfo
 
En una crónica reciente, Tarik Al Meena, de Arab News, trataba la inquietud de los países árabes de cara a la amenaza de su identidad que supone para ellos la presencia en su territorio de un número demasiado grande de trabajadores extranjeros.
 
Según el ministro de Trabajo del Reino de Bahrein, “En ciertas regiones del Golfo no se sabe ya si uno está en un país arabo-musulmán o en una región asiática. Aquí no estamos hablando de diversidad. Ninguna nación del planeta puede aceptar la erosión de su cultura en su propio territorio.”
 
Según el cronista Al Meena, el ministro de Trabajo de Bahrein ha anunciado que su país propondrá la introducción de un máximo de seis meses a los permisos de trabajo expedidos a extranjeros que quieran trabajar en los reinos del Golfo. Esta proposición será presentada en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (el CCG, que comprende a Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Omán, Qatar y Kuwait) que tendrá acto en Doha en Diciembre. El ministro de Trabajo dice no albergar dudas de que la propuesta será aceptada.
 
Bahrein presenta esta proposición en el contexto de una gran preocupación por la erosión gradual de modos de vida sociales y de la cultura local. Según el ministro de Trabajo del reino, “la mayoría de los trabajadores extranjeros provienen de medios culturales y sociales que no se pueden asimilar ni adaptar a las culturas locales”.
 
Así mismo Bahrein estima que los trabajadores inmigrantes acaparan los empleos en detrimento de la mano de obra local. Con más de 14 millones de trabajadores inmigrantes en la región, el ministro de Trabajo de los Emiratos Árabes Unidos, Ali Bin Abdullah Al Ka’aBi, ha indicado que esta cuestión figura en cabeza del orden del día de la cumbre del CCG. Los Emiratos, ha dicho su ministro de Trabajo, comparten las preocupaciones de Bahrein.
 
Según Arab News, este proyecto se podrá traducir en la expulsión de millones de personas. A pesar de que la economía de las ricas monarquías del Golfo son largamente tributarias del trabajo inmigrante, que va desde el trabajador manual a los cuadros superiores, hay una preocupación creciente por el paro de los ciudadanos de los países del CCG. Un estudio de la Universidad de Sharjah (Emiratos Árabes Unidos) publicado el año pasado revelaba que el 32,6% de los hombres y el 47,7% de las mujeres de los países del Golfo están en busca de empleo.
 
Según las estadísticas de la AFP, en los países del Golfo residen aproximadamente 35 millones de personas, de las cuales el 40% son extranjeros. El cronista de Arab News comenta que “teniendo en cuenta la cantidad de paro y la explosión demográfica en la región, los países del Golfo pueden estar excusados de tomar medidas drásticas cara a la inmigración.”
 
Además de la expulsión de extranjeros, los árabes contemplan otras medidas. Se reducirán las prestaciones sociales a los parados que rechacen las medidas de ayuda de vuelta al trabajo, de manera que se les motive a trabajar más duramente por más tiempo. Se revisarán también los programas de aprendizaje con vista a dar a los trabajadores locales la formación que les permita ocuparse de las vacantes dejadas por los inmigrantes. El cronista Al Meena concluye: “La proposición de Bahrein, si es aceptada, enviará a los 14 millones de inmigrantes que viven en los emiratos del Golfo un mensaje claro: que es hora para ellos de mirar otras opciones. Para algunos de entre ellos, será doloroso, ya que han traído a sus familias a un país del que han hecho su hogar de adopción.”
 
(Extracto del periódico canadiense Point de Bascule)

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