Predicciones para el nuevo año y algo más. Lo dice el gurú preferido de los rusos

Junio de 2010…: rompimiento de Estados Unidos

Un antiguo analista del KGB se ha convertido en el gurú preferido de los rusos por predecir con temeraria exactitud la disgregación de la potencia americana. La inmigración, la guerra civil, el regreso de Alaska a manos rusas, la degradación moral… Más o menos ésas serán las amenazas que en año y medio van a acabar con la superpotencia llamada Estados Unidos.

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Un antiguo analista del KGB se ha convertido en el gurú preferido de los rusos por predecir con temeraria exactitud la disgregación de la potencia americana. La inmigración, la guerra civil, el regreso de Alaska a manos rusas, la degradación moral… Más o menos ésas serán las amenazas que en año y medio van a acabar con la superpotencia llamada Estados Unidos.

Quien se ha atrevido a lanzar tamañas predicciones es el profesor Igor Panarin, 50 años, antiguo analista del KGB y hoy formador de diplomáticos para el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores.

Al principio, las hipótesis de Panarin no eran escuchadas por casi nadie en la Federación Rusa. Pero con el regreso del nacionalismo ruso, unido a la mejora económica del país, los ciudadanos han dirigido sus miradas hacia esta persona que les promete la vuelta de su país a los primeros puestos de la geopolítica mundial. Y todo porque pronostica el pronto declive de Estados Unidos.
“Hay entre un 45% y un 55% de posibilidades de que suceda una desintegración”, afirma en una entrevista publicada en The Wall Street Journal. “Aparentemente uno podría alegrarse”, continúa el profesor, “pero no es el mejor escenario para Rusia, en la medida en que nuestra economía depende mucho del dólar y del comercio con Estados Unidos”.
Con estas declaraciones, Panarin se ha convertido en un invitado perenne a los programas de televisión y los debates, y como dice The Wall Street Journal, por lo menos, lo que dice ha sonado como música a los oídos del Kremlim porque significa asegurar el regreso de esta potencia al primer plano mundial tras una década de haber hecho mutis por el foro.
Las razones que ofrece Panarin no son nuevas, desde luego: la inmigración en masa a Estados Unidos, el declive moral y la crisis económica debilitarán prodigiosamente a la mayor superpotencia del planeta. Dice que todo ello puede desatar una guerra civil en Estados Unidos y dividir al país en varios territorios, concretamente seis. Y aquí viene lo sorprendente: afirma que Alaska revertirá a manos rusas, con lo cual se reinstaurará un orden que fue el que existió antes de que los norteamericanos compraran ese territorio congelado a los zares rusos hace muchos años.
El pueblo ruso escucha encantado a Panarin, porque ahora más que nunca hay una ola de antiamericanismo en la Federación, incluso más que en los tiempos de la antigua Unión Soviética, según las palabras de Vladimir Pozner, un conocido periodista de la televisión rusa.
¿Hay que hacer caso a Panarin? Eso es lo que preguntan los medios occidentales a otros expertos, que como Sergei Rogov, director del Instituto de Relaciones con Canadá y Estados Unidos, afirma que “las ideas insensatas nunca deben ser debatidas por gente seria”.
Para estos especialistas, las ideas de Panarin son herencia de la vieja escuela de analistas soviéticos. De hecho, como resalta el periódico, la oficina de Panarin ocupa un despacho de cuyas paredes cuelgan insignias del FSB, el servicio secreto ruso que sucedió al temido KGB, así como águilas que recuerdan las aves bicéfalas de la época de los zares.
A Panarin le gusta impresionar desde que presentó su teoría en un congreso en Austria hace diez años. Entonces programó su ordenador de forma que, al apretar un botón, se veía un mapa de Estados Unidos que se proyectaba sobre una inmensa pantalla, y entonces los 400 delegados de la conferencia vieron el rompimiento de los Estados Unidos y se pusieron a gritar. Para ello, el audaz profesor se basó en informes y proyecciones de la antigua Agencia Soviética de Seguridad Nacional, llamada FAPSI.
 Según Panarin, California se convertirá en la República de California, un territorio independiente bajo influencia china. Texas caerá bajo manos mexicanas, o mejor dicho, volverá a manos mexicanas con el nombre de República de Texas, y allí estarán los estados sureños. Hawai se englobará en el hinterland de Japón o de China. Luego existirá la América Central y del Norte que se unirá a Canadá. Y Alaska al final volverá a manos rusas (Panarin tiene una foto de satélite del estrecho de Bering en su despacho).
Hasta la Unión Europea tendrá su parte de esta tarta, porque, según Panarin, Washington y Nueva York se unirán a la Vieja Europa.
En fin, los nuevos actores del panorama económico financiero mundial serán Rusia y China. A pesar de que los norteamericanos han puesto sus esperanzas en Barack Obama, de quien esperan que obre milagros, la verdad es que según Panarin “no hay milagros”.
Cuando los periodistas que cubren la Casa Blanca preguntaron a Dana Perino, la portavoz, qué pensaba el Gobierno de las predicciones de Panarin, la respuesta llegó entre risas. “Declino cualquier comentario”.
Pero Panarin está convencido de que tiene razón, y que al final, él será el último en reír.

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