Una nueva y poderosa arma china: ¿mito o realidad?

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Noticias procedentes de diversas fuentes especializadas informan de que China puede haber experimentado un poderoso misil balístico destinado a la destrucción de buques de guerra, especialmente portaviones. Se trataría del proyectil balístico DF-21 creado para neutralizar la supremacía de los EE.UU. en la aviación naval de combate, un arma con la que han soñado varias generaciones de militares de distintos países.

No obstante es importante señalar que no se ha podido confirmar con total certeza la realización del misil balístico chino antiportaviones, y que China no es el primer país que intenta desarrollar un arma especial para destruir ese tipo de grandes buques.
Para la Unión Soviética, el potencial bélico de la aviación naval occidental constituyó uno de los problemas más agudos tras la II Guerra Mundial, pues en los años más álgidos de la “guerra fría” quedó sensiblemente atrasada en lo relativo al potencial de la aviación de la Marina de Guerra estadounidense.
Para contrarrestar la amenaza de los portaviones, Moscú apostó por aviones porta misiles y submarinos equipados con cohetes antibuque. Curiosamente Sergio Beria, destacado ingeniero, hijo del poderoso jerarca soviético Lavrenti Beria –eliminado físicamente por una conspiración dirigida por Nikita Jruschof– trabajó en el desarrollo de armas específicas contra los portaviones, tema que despertó un gran interés en Stalin, muy preocupado por la potencia de dichos grandes buques en un posible conflicto bélico.
El desarrollo soviético de las armas antibuque en aviones y en submarinos no garantizaba el éxito, dada la considerable ventaja numérica del adversario, a lo que había que añadir el factor principal, el disponer de un radio de acción limitado.
Los bombarderos con 2-3 misiles disponen de una autonomía de vuelo máxima en torno a 2.000-2.300 kilómetros. El submarino si dispone de capacidad para llegar a cualquier rincón del planeta, pero no puede perseguir a un portaviones en su singladura sin el riesgo de ser detectado y en caso de guerra destruido.
Además, el lanzamiento de un solo misil no garantiza la destrucción de una nave tan enorme como un portaviones, y la defensa antiaérea de los buques de escolta y su enorme potencia de fuego contra aeronaves aumenta permanentemente. Ya en tiempos de la II Guerra Mundial en el Pacífico, la defensa antiaérea de cruceros y destructores alcanzaba tal intensidad que incluso los ataques de los “kamikazes” japoneses eran al final de la contienda sistemáticamente frustrados casi de forma permanente.
Hoy,2010, para romper las potentes defensas antiaéreas de los buques de escolta se necesitan misiles cada vez más modernos y en mayores cantidades. Los buques dotados con el sistema “Aegis”, como el que montan las fragatas F-100 de la Armada española- una de las pocas en disponer de dicho sistema fuera de la Marina estadounidense – pueden hacer frente a noventa blancos simultáneos.
Para poder atacar un portaviones y su flotilla de escolta es indispensable un arma con capacidad de destrucción en cualquier momento de esa enorme fortaleza flotante que es un portaviones, de un solo disparo.
Esa arma sólo puede ser un misil balístico con ojiva nuclear, sumamente difícil de derribar por la defensa antiaérea de los buques que existían años atrás, aunque por el momento con el sistema”Aegis” la situación podría haber cambiado.
La Unión Soviética desarrolló varios sistemas de misiles antibuque. El modelo que estuvo más cerca de ser incorporado en servicio fue el misil R-27 K, versión modificada del SS-N-6, según la clasificación de la OTAN, construido por el centro de diseño Makeyev.
Esta versión del misil balístico marino debió convertir a los submarinos nucleares soviéticos de segunda generación, proyecto 667, en serios rivales de los cada vez más grandes y potentes portaviones, ya que los sistemas de defensa a bordo de los propios portaviones y de los buques de escolta no tenían capacidad de interceptar una ojiva nuclear.
Sin embargo, el misil RK-27 no fue incorporado al servicio activo ya que los expertos rusos dudaban de su eficacia no teórica sino práctica, constituyendo una de sus desventajas el que la tecnología de ese tiempo no permitió crear una ojiva de guiado autónomo fiable en capacidad de detectar y alcanzar un objetivo en movimiento.
No se trataba de problemas de exactitud, pues la tecnología de entonces garantizaba que los misiles balísticos tenían una desviación respecto al blanco, inferior al kilómetro, lo que teniendo en cuenta la potencia de la carga nuclear era más que suficiente para destruir un objetivo como el portaviones y su flotilla de escolta.
El problema era que el misil balístico no podía perseguir un objeto en movimiento, y en consecuencia para contrarrestar el potencial bélico marino del enemigo, la Unión Soviética optó por los submarinos nucleares con misiles de crucero y aviones portamisiles.
A pesar de todo, las posibilidades de desarrollar una versión de misil balístico específicamente anti portaviones no han desaparecido por completo en Rusia. Dada la reserva con que mantienen los rusos sobre estos temas no pueden verterse opiniones exactas respecto a en que fase se encuentran estos trabajos, pero periódicamente aparecen informaciones de cómo en la URSS se desarrollaron estudios sobre la versión anti buque de los mísiles UR- 100 y especialmente del “Topol” RT-2PM. Los nuevos submarinos rusos de cuarta generación estarían encargados de los lanzamientos.
Volviendo al tema del misil chino no se sabe hasta que punto la versión anti portaviones del misil DF-12 podría ser efectiva sobre un blanco en movimiento.
Los servicios de inteligencia de los Estados Unidos pueden haber recibido información avanzada sobre el grado de desarrollo de la cohetería avanzada china a través de las informaciones facilitadas por sus homólogos de Taiwán. Concretamente el trabajo de espionaje realizado por Wo Weihan y Guo Wanjung, científicos e investigadores en el campo de los misiles estratégicos y los espías mejor pagados de la historia, pues desde comienzos de los años 90 hasta bien entrado el siglo XXI recibieron 40 millones de dólares de los servicios de información taiwaneses.
 Sumamente preciosas para Taiwán fueron sus informaciones en los momentos en que la tensión entre ambos lados del estrecho pudo haber llevado a la guerra, cuando más de novecientos misiles chinos apuntaban a Taiwán . Wo y Guo, una vez detectados por los servicios de información chinos tras una labor de años, fueron ejecutados en noviembre de 2008, facilitaron informaciones sensibles sobre los misiles estratégicos   , y que según fuentes de la propia República Popular China provocaron una ” pérdida extraordinaria para la seguridad nacional” al revelar datos y estudios de la tecnología más avanzada en misiles, que con gran probabilidad fueron transmitidos a los servicios de inteligencia estadounidenses.
Se ignora si los diseñadores y constructores chinos pueden crear una ojiva de guiado autónomo (OGA) de dimensiones reducidas como carga para el misil balistico, y un sistema de control con capacidad de modificar la trayectoria de la ojiva mediante mandos que dirijan a la misma.
En realidad, la posible nueva arma china desata más interrogantes que respuestas, pero si de todas formas resultase cierta, esto significaría que en el balance geopolítico mundial pueden ocurrir cambios importantes.

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