El capitalismo se tambalea: llegan los profetas

Compartir en:

Financial Times empezó hace unas semanas una serie de reportajes titulada “La crisis del capitalismo”. Le Monde publicaba en las mismas fechas  un especial sobre Marx con las palabras: ¡Marx no ha muerto! The Economist titulaba ‘Rabia contra la máquina’, un reportaje en octubre sobre las protestas mundiales contra el capitalismo. Y decía: “La gente tiene razón en estar cabreada”.

Klaus Schwab, el presidente del Foro Economico de Davos decía hace poco en una entrevista. “El capitalismo en su forma actual ya no encaja en este mundo”. Y añadía: “Está un pelín anticuado”.
Jordi Evole triunfa con sus programas sobre qué mal lo ha hecho el capitalismo y cómo los banqueros han jugado con nuestro dinero. El otro día se convirtió una vez más en una tendencia en las redes sociales.
Hace diez años nadie dudaba que el capitalismo era la bestia triunfante. Tenía fama dispar, pero era más eficaz que cualquier otro sistema económico. Eso tapaba cualquier boca.
Ahora, uno hace esta pregunta a un banquero, a un empresario, a un broker, a un periodista, a un creyente del mercado, a un político, a un parado, a un autónomo, a los entrevistados de Jordi Evole, y todos responden:  el capitalismo está lleno de agujeros. Vaya pifia.
Un documental que narra estos agujeros se ha hecho famoso. Inside Job. Arrasó en los cines. Atacaba a la banca de inversión, a las escuelas de negocios, al tinglado bursátil. Pero era tan elocuente que los padres banqueros se lo recomendaban a sus hijos. Los estudiantes de las escuelas de negocios lo comentaban en los recreos. Hace poco  El País repartió un DVD por 1,5 euros junto a la edición del finde. Inside Job se agotó.
También hemos visto una  película titulada Margin Call, donde actores de primera línea aparecen hundidos hasta las cachas en la porquería de una firma financiera que desata el caos bursátil. No se entiende bien el guión. Pero se entiende que eso es malo.
Eso es el capitalismo.
Ya lo hemos asumido: el sistema ha fallado.
Ahora llega la hora de los profetas que claman en la plaza pública por un nuevo advenimiento. ¿Cómo nos pintan ese futuro? ¿Cuáles son sus soluciones?
Voy a definirlos.
- Los Correctores: son aquellos que piden un capitalismo con controles. Están aquí los gobiernos y economistas que pretenden regular los desmanes, como por ejemplo, las ventas a corto (esa forma de vender algo sin tenerlo). También quieren limitar los salarios y los bonus de los ejecutivos de las empresas o bancos  que han recibido ayudas estatales, y supervisar a los brokers que hacen High Speed Trading.  Problema: la imaginación creativa de los inversores es más rápida que la capacidad de los estados de legislar.
- Los Mister Hyde: se lo pasaron en grande actuando como el Doctor Jekyll, y disfrutando del capitalismo desenfrenado pues la economía crecía sin parar y había dinero para endeudarse hasta las cejas. Ahora, han cambiado de piel a Mister Hyde y escriben tribunas o gritan desde los mítines que el neoliberalismo capitalista ha fallado, que los bancos nos estafaron y que ha llegado la hora de las respuestas socialdemócratas. Problema: tuvieron su oportunidad para evitarlo, ¿lo van a hacer ahora?
- Los Hooligans: les importa un bledo si  el sistema ha fallado. Creen en la destrucción creativa, es decir, de vez en cuando todo tiene que destruirse para nacer de nuevo más poderoso. Que se mueran los feos, perdón, los inadaptados. Viva la mano invisible del mercado a toda costa. Mueran los estados. Problema: desgraciadamente, tienen mucho poder y siguen presentes por doquier.
- Los Morlocks: estaban en sus cuevas subterráneas lamiéndose las heridas durante años. Eran aquellos que odiaban a los bellos habitantes de la superficie que prosperaban. Odiaban a los empresarios. Odiaban a los beneficios. Odiaban el comercio. Ahora, ¡han vuelto! Destapan a filósofos del siglo XIX para  decirnos que hay que volver a la negrura del submundo. ¿Problema? Tranquilos, solo van a dar un poco la lata pero su tiempo ya pasó.
Casi todos estamos entre los Correctores y los Mr Hyde.  Hicimos las cosas mal. Pero ahora no nos ponemos de acuerdo en cómo hacer las cosas bien. Es nuestro karma. Tenemos que atravesarlo. Pero esperemos que esto nos sirva para aprender a hacer mejor las cosas… por lo menos durante varios años. Luego, la bestia volverá a rugir.
(Mi Twitter para todos excepto para los Morlocks:
http://twitter.com/#!/ojomagico)

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar