"¿Liquidar Mayo del 68?"

Intervención de José Javier Esparza sobre Mayo del 68 y artículo de José Alsina

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José Javier Esparza efectuó recientemente, en las II Jornadas Metapolíticas patrocinadas por Ediciones Fides, una interesante intervención sobre Mayo del 68 que reproducimos a continuación. Lo acompaña también el análisis de José Alsina acerca del libro “¿Liquidar Mayo del 68?”, publicado por las mismas Ediciones Fides y ya reseñado recientemente en nuestras páginas.


JOSÉ ALSINA

Algún día se hará justicia y se reconocerá la inmensa labor de Editorial Fides y su promotor, Juan Antonio Llopart, a favor de la Cultura en mayúsculas. Las reediciones de textos de autores “malditos” se combinan con obras estimulantes, que vierten en lengua española a autores franceses, alemanes o rusos, que están diciendo cosas realmente importantes en el terreno de la filosofía, la metapolítica o la historia.

El nuevo libro que acaba de salir, una obra colectiva coordinada por Jesús Sebastián Lorente, director de la Biblioteca Metapolitika de la mencionada editorial, reúne a distinguidos pensadores franceses, alemanes y españoles, procedentes de tradiciones de pensamiento muy distintas, realizando cada uno de ellos su particular balance de los sucesos de Mayo del 68, justamente cuando se cumplen el quincuagésimo aniversario de los mismos.

Lo realmente interesante de este libro es que los diversos análisis, realizados desde ópticas muy distintas y desde trayectorias vitales muy diversas, coinciden en algunos puntos fundamentales. El carácter de espectáculo o de simulacro de la supuesta “revolución de mayo” (carácter paradójico, pues algunas de las corrientes que lo animaban, como el Situacionismo, centraban su discurso en la crítica de la sociedad del espectáculo), el desprecio a clase obrera como vector revolucionario, y, sobre todo, la reivindicación del narcisismo y del “individualismo del deseo” serían los elementos más característicos de este movimiento, según la mayoría de los autores.

Si analizamos estas conclusiones desde los postulados de la Cuarta Teoría Política podemos llegar a dos deducciones importantes: la deriva posterior de una buena parte dela izquierda a partir de Mayo del 68 lleva abandonar la idea de “clase obrera” como vector revolucionario, con lo cual deja de concebir a la “clase” como sujeto político. Ello supone un abandono del marxismo como Segunda Teoría Política, y desvía el análisis materialista de las condiciones producción hacia una “crítica cultural” y hacía unos postulados éticos de carácter idealista y metafísico.

Siguiendo a Dugin, toda teoría política pivota sobre un sujeto. Al abandonar el sujeto–clase, la “nueva izquierda” deriva hacia otro sujeto: el individuo. Este individuo no es el del liberalismo clásico, el individuo racional cartesiano, sino el post–individuo narcisista que se caracteriza no por su racionalidad, sino por sus deseos y su aspiración a la“liberación” ¿liberación de que?: de cualquier identidad, de cualquier fijación, de cualquier vínculo que se oponga a su “fluidez”.

Los nuevos “sujetos revolucionarios”, ya reivindicados por Marcuse y otros filósofos dela escuela de Frankfurt, van a ser los inmigrantes, los homosexuales, las mujeres, los estudiantes, y en general las “minorías oprimidas”. Ya no se habla de revolución, sino de “eliminar cualquier discriminación”.

Mayo del 68 significa el inicio de este discurso liberal–libertario que ha colonizado completamente a la izquierda (tanto la moderado como la radical) y que la hace converger con el neoliberalismo, pues comparten el mismo sujeto: el post individuo fluido y sin identidad.

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