En las elecciones municipales y autonómicas

Victoria del Frente Popular

Que sean unos u otros quienes ocupen el poder, ¿va a cambiar algo sustancial en las grandes, en las candentes cuestiones que nos importan?

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Los resultados electorales en las elecciones municipales y autonómicas de este domingo 24 de mayo están claros. Da absolutamente igual que sea mayor el total de votos obtenidos por el PP en el conjunto de Estepaís: la izquierda pijoprogre del PSOE aliada a la izquierda pijoflautista de Podemos va a gobernar casi en todas las taifas así como en la mayoría de las grandes capitales. La derecha pijoliberal del PP no podrá gobernar casi en ninguna. Aunque los todavía no contaminados Ciudadanos (que irrumpen con fuerza, pero no tanta como Podemos) se abstuvieran en las votaciones o dieran sus votos a los candidatos del PP, ello no cambiaría nada, salvo en lugares como la Comunidad de Madrid y alguna otra taifa. (Ah, y además la ETA junto con el Partido Nacionalista Vasco se ha hecho con el poder en las Vascongadas, así como en Navarra.)
Sinceramente, para quienes nos situamos fuera del Sistema (tanto político, como social, como cultural); para quienes sabemos que la denominada “democracia” es un engaño sobre el que se encumbra el poder de la oligarquía económica y mediática; para quienes nada tenemos que ver con los principios, el talante, el espíritu del Régimen, ¿importa mucho que sean unos u otros los que estén en el poder? No, en lo más mínimo: son los mismos perros con distintos collares. Es cierto: algunos collares pueden tener púas más afiladas que otros, pero las diferencias, en últimas, son tan pequeñas…
Con otras palabras, que sean unos u otros quienes ocupen el poder, ¿va a cambiar algo sustancial en las grandes, en las candentes cuestiones que nos importan?
¡Ni siquiera conocen la existencia de tales cuestiones! Si les habláramos de lo que aquí llamamos “la muerte del espíritu”, si les recordáramos el reino de la fealdad, de la estupidez, de la vulgaridad que nos asfixia, no entenderían siquiera de lo que se les está hablando. “Pero ¿esto qué es, tío?”, exclamarían al unísono peperos, sociatas, podemistas y ciudadanitas. Y si nos refiriéramos a la otra cuestión clave: a la inmigración de asentamiento, al masivo trasvase de poblaciones que va a transformar en su raíz la base etno-cultural de Europa y a acabar con ella, ahí se repartirían en dos grupos: unos seguirían sin entender siquiera de lo que se les está hablando (ni una sola palabra se ha dedicado a la cuestión en toda la campaña electoral: Expaña debe de ser el único país de Europa en que tal cosa sucede), mientras que otros se alborozarían y nos indicarían que piensan precisamente abolir las discriminatorias vallas de Ceuta y Melilla, al tiempo que montan ferries directos para cruzar más cómodamente el estrecho.
Única consolación: la victoria de la extrema izquierda en Barcelona, por más secesionista que ésta también sea en el fondo de su corazón, hace que, al ser su separatismo algo menor que el de los secesionistas fetén, éstos vean dificultado “el prucés”, como llaman a la ruptura jurídica con España (la afectiva se ha consumado hace ya muchos años). También desde este punto de vista, la irrupción de Ciudadanos no deja de aportar un cierto consuelo.
Y esto es todo, oigan. Olvidémoslo, no perdamos más tiempo y ocupémonos de cosas realmente importantes.

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