Carta abierta a la progresía

Si es usted progre, debería hacerse de la derecha populista

El hombre y la mujer blancos, cristianos, heterosexuales de clase obrera y clase media son hoy el nuevo negro del mundo. ¡Anímese a ayudar a este pobre colectivo oprimido!

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Querido amigo progre:
 
Si es usted un progresista de verdad, y no de boquilla, debería apoyar a movimientos supervivencialistas de minorías étnicas en peligro de extinción. Ya echó usted el resto defendiendo a los negritos del África tropical, a los indios del Amazonas, a los mayas de Chiapas, a los esquimales, a los tibetanos... Ahora les toca el turno a los blanquitos de Europa.
 
Recuerde lo que dijo un gran filósofo progre, Bertrand Russell: las razas blancas, que están en clara minoría, deben luchar por su existencia. Esta preocupación de Russell por los blancos está claramente expresada en algunos de sus ensayos como La conquista de la felicidad (1930) y Las perspectivas de la civilización individual (1923).
 
También debería usted apoyar al cristianismo como magma cultural de Europa, puesto que el cristianismo es la religión más preocupada por la justicia social, por la dignidad de la mujer y la igualdad de todos los hermanos que en este mundo habitan. ¡A miles de años luz de cualquier otra religión positiva! Recuerde lo que dice el ateo militante Richard Dawkins: “Soy un cristiano cultural”.
 
No olvide que esto que encabeza la Declaración de Independencia Norteamericana de 1776, y considerado muy progre en su tiempo –y aún ahora–, es de clara inspiración cristiana:
 
“Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la Vida, la Libertad y la búsqueda de la Felicidad.”
 
Debería usted ser un racista problanco, ya que el racismo problanco, en nuestros días, lejos de ser un movimiento supremacista, es un movimiento defensivo. Como ya se ha dicho: supervivencialista. El hombre y la mujer blancos, cristianos, heterosexuales de clase obrera y clase media son hoy el nuevo negro del mundo. ¡Anímese a ayudar a este pobre colectivo oprimido!
 
Debería usted también ser un racista problanco (anti nada, pero problanco sí) ya que, como buen progre, usted es partidario de la liberación de la mujer y disfruta del espectáculo de señoras y señoritas de buen ver en minifalda o en pelotas en la playa o en la cubierta de revistas. Dígame, señor mío, ¿qué tienen en común todas esas beldades ligeras de ropa? ¡Son mujeres blancas, buen hombre! La mujer blanca es el pináculo de la Creación. Haga usted por protegerla. ¿No sabe que la muy progre y feminista Shere Hite, autora del célebre Informe Hite sobre sexualidad femenina (1976) salió posando desnuda en las páginas centrales de Playboy?
 
Otro motivo por el cual debiera usted ser problanco:¿quiere decirme de qué raza son los constructores de la que ha sido la sociedad modélica durante décadas: la sociedad nórdica, el paraíso progre? ¿Son acaso pigmeos, incas, bereberes, aborígenes australianos?
 
Si es usted partidario de la justicia social, no sea partidario de impuestos abusivos  que esquilman a la clase obrera y a la clase media. ¿No sabe que en algunos países de Europa se paga un 12% de impuestos, tarifa plana, y estos Estados están dotados con buenos e incluso excelentes servicios públicos? Como en el caso de la semisoviética Bielorrusia. ¡No quiera ser más justiciero social que un Estado semisoviético, hombre de Dios!
 
Oiga, probo progre, ¿no sabe que si es usted feminista de verdad debería también ser machista? ¿O se ha olvidado ya de que todo un  icono progre como Jean Paul Sartre se autodefinía como “machista liberal”?
 
Lo que dice Sartre es lógico: el hombre caza y la mujer se deja cazar. Por tanto, hay una igualdad en el consenso, pero una desigualdad en la iniciativa. Por tanto, es compatible ser machista y feminista al mismo tiempo.
 
¿Es usted partidario de los derechos de los gays y lesbianas? Pues luche por la civilización europea y eurodescendiente, la única que permite el matrimonio homosexual. Si se instaura el islam en Europa los gays y las lesbianas lo van a pasar muy mal.
 
Pobre progre..., ¡despierte! ¡Apoye al único movimiento que se preocupa por la salvación de los valores progresistas: la llamada derecha populista!

 

 

Con ocasión de las Navidades, el presidente de la República François Hollande recibe
habitualmente a niños franceses en el Palacio del Eliseo. Puede observarse
en la imagen la minoritaria situación de los niños blancos.

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