José Antonio del Pozo, una teoría razonable del fracaso

Entrevista al autor de "Las historias de un bobo con ínfulas"

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José Antonio del Pozo es autor de un blog sobre política, literatura, cine y sociedad que en los últimos tiempos ha concitado el interés de no pocos lectores, sobre todo los que buscan un espacio libre e independiente de opinión cuando los mismos conceptos de “libertad” e “independencia” pierden a marchas forzadas su sentido.

Es también autor de una novela, “Las historias de un bobo con ínfulas”, que promete al lector, en el comentario liminar de la obra, no ser un libro que “va de Rusia”.
 
 
El Manifiesto.- ¿Puedes contarnos algo más concreto sobre ti que lo que puede leerse en tu perfil de blogger o en tu página de facebook?
 
Soy miembro de una sociedad secreta, la de los fracasati,  la de todos esos escritores que por carecer de contactos son invisibles. En España ser escritor sin contactos es no ser escritor.
 
 
EM.- Sé que esta pregunta te va parecer de lo más inoportuna: ¿De qué va tu novela “Las historias de un bobo con ínfulas”?
 
Trata de las ilusiones. A un cuarentón de clase media, Armando, le abandona su mujer. Se descubre un paria de los afectos. Ha de aprender a re-armarse, a guiarse en un mundo que, por temperamento, le resulta ancho y ajeno. En la escritura, a trancas y barrancas, hallará a medias la salida del túnel.
 
EM.- ¿Cómo se te ocurrió dar el paso de bloguero a novelista? ¿Qué te convenció para meterte en este tinglado?
 
Me sentía un fracasati en potencia, teórico, y tenía ganas de ser un fracasatien acto, real. Ahora sí puedo reivindicar para mí lo de Scott Fitzgeral, oiga, que yo hablo con la autoridad que da el fracaso.
 
EM.- En tu blog, reconoces que hasta la fecha tu novela la han comprado 35 personas, más o menos. ¿Merece la pena tanto esfuerzo para ese (momentáneo) resultado?
 
Bueno, ya son 39, je jé, los valientes que, sin conocerme de nada, me han pedido el libro a través del blog, han valorado mi escritura, me han brindado su apoyo. Por lo demás escribirlo fue en su momento una gozada en sí.
 
EM.- ¿Cómo caracterizarías, en líneas generales, al ciudadano contemporáneo, el hombre “moderno” de nuestro tiempo?
 
Yo creo que a esa cuestión sólo tendría legitimidad para contestártela un ganador del Premio Planeta, que son quienes saben de estas cosas tan trascendentes. Los fracasati contemplamos todo bajo las anteojeras de nuestro resentimiento.
 
EM.- ¿Cómo vincularías el argumento y desarrollo de “Las historias de un bobo con ínfulas” con la situación actual que vive nuestro país, ese al que algunos todavía llaman España?
 
El prota, Armando, además de las ínfulas, posee en general una orientación ideológica “liberal”, doble fracasati por tanto en España, un enemigo del Pueblo.
 
EM.- Y ya puestos, ¿cómo caracterizas a nuestra actual sociedad, esa que fue “del bienestar” y que ha visto frustrada su ilusión y devastados sus horizontes por la crisis económica?
 
Ya te digo, Juan José Millás, Maruja Torres, Ángeles Caso, ellos podrían, seguro, darte una visión más certera de la “pavorosa” sociedad que vivimos.
 
EM.- Hablando de la “crisis”, por la lectura de tu blog se deduce que estás muy convencido de que no sólo es económica...
 
Es de valores también, claro. El hedonismo y el hiperconsumismo hacen estragos, y por otra parte, del colectivismo apocalíptico y asambleario ya ni hablamos.
 
EM.- ¿Imaginas alguna alternativa a esta situación? Nos referimos a una alternativa alcanzable, enunciable en un marco distinto a la utopía.
 
Creo en el liberalismo clásico como la menos nociva de las ideologías: las ideas de la iniciativa individual, la separación de poderes, la independencia de la justicia, la contrabalanza de poderes, sólo la justa intervención del Estado para que sea esta eficaz, esas antiguallas.
 
EM.- ¿Hay algún otro proyecto literario-novelístico “en cartera? ¿Cómo te planteas tu futuro como escritor?
 
Los fracasati, me temo, no tenemos ni proyecto, ni futuro. Si consigo interesar a 130 valientes que me pidan el libro, me pondré con otro. Y si no lo consigo, pues… a otra cosa, que no puedo permitirme perder más pasta. Estoy un poco… como diríamos… melancólico ante esos cientos de personas que me aseguran disfrutar y celebrar a diario mi blog pero que no acaban de pedirme mi “ópera prima”. A lo mejor necesitan esos quince euros para comer, no sé. En fin, también escribí el libro bajo la impronta aquella genial de Pessoa: “No soy nada, no quiero ser nada, pero conmigo van todas las ilusiones del mundo”. 

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