Los mangoneadores del poder y del dinero

"Las Cajas de Ahorro fueron acaparadas por la élite política"

Compartir en:

 
La Asociación de Usuarios de Servicios Bancarios (Ausbanc) trabaja a conciencia en defensa de los clientes de la banca. Desde que comenzó la crisis en 2007, su actividad se ha incrementado por las denuncias y las quejas de los usuarios. Ángel María Garay es adjunto a la presidencia de esta asociación y asegura que, después de todo lo que ha ocurrido, la banca aún no ha asumido su responsabilidad en la crisis y avisa del peligro de que solo queden tres o cuatro entidades financieras en toda España.
-¿Ha asumido la banca su responsabilidad en la crisis?
“En absoluto. La actitud de los bancos sigue siendo la misma. El sistema bancario español continúa, a día de hoy, defendiendo la legalidad de las cláusulas suelo y que, al igual que las preferentes, fueron bien comercializadas, a pesar de que hemos visto participaciones a nombre de menores. Pero yo creo que ahora el problema vendrá por otro lado”.
-¿Por dónde?
“Por la reducción de la competencia. El sistema bancario español ha pasado de 56 entidades financieras en todo el territorio español a 14, una cuarta parte, y seguro que esta cifra se reducirá hasta tres o cuatro grandes bancos. Esto crea un régimen de oligopolio en el que la entidades, esas que no han asumido ninguna responsabilidad, van a pactar condiciones muy duras y draconianas que los clientes tendrán que asumir. Mire, el objeto social de un banco es, sin duda, prestar dinero. Esto lo están cumpliendo de forma insuficiente y por lo tanto están dejando de ingresar, porque sus beneficios vienen precisamente de cobrar los créditos. Por ello, lo que harán será compensar esa falta de ingresos vía intereses y comisiones; y es ahí donde los usuarios vamos a tener que participar activamente. Y ya le digo yo que compensarán la falta de ingresos por los intereses, con las comisiones”.
-Pues toca aguantar porque es prácticamente imposible no depender de los bancos. Estamos atrapados en su red…
“España es uno de los países más bancarizados del mundo. Todo pasa por los bancos. Pagamos el agua, la luz, el gas, el teléfono, la comunidad de propietarios, todo por el banco. En el extranjero no es así. En Portugal o Estados Unidos, por ejemplo, es impensable que el recibo de la luz te pase por el banco. Hay que ir a la empresa que presta el servicio a pagarlo. Hacerlo vía bancaria es más cómodo, pero entonces hay que ser conscientes de que esto conlleva un precio”.
-Además, la crisis los ha convertido en grandes inmobiliarias.
“Bueno en este caso, hay que decir que no fue buscado. Se encontró con esta situación. Tuvieron una política errónea en la concesión de créditos sin cumplir con la normativa que exigía que no se podía prestar sino hasta el 80% del valor de la vivienda y prestaron, en algunos casos, hasta el 105%, para comprar los muebles, pintar e incluso reformar. Y ahora, cuando toda esta gente no ha podido pagar, se han encontrado con un stock de viviendas que tienen que asumir y que deben ir sacando al mercado lo antes posible”.
-¿Por qué si yo monto un negocio y me arruino, me arruino yo, y si a la banca le ocurre lo mismo lo tenemos que pagar todos?
“Usted lo ha dicho. El sistema es así. Solo tiene que mirar lo que ha ocurrido con Caja Madrid y Miguel Blesa, donde hemos tenido que poner más de 24.000 millones para reflotar la entidad, que estaba gestionada por alguien que no tenía ni idea y que se dedicó a dar créditos”.
-Uno de los principales problemas del sistema financiero español ha sido, precisamente, la politización de las cajas de ahorro. Consejos de administración formados por amigos de, muy alejados del sistema financiero.
“Mire, nuestro sistema financiero, a pesar de estar muy bancarizado, tiene o más bien tenía una ventaja con respecto a otros sistemas financieros, y es la existencia de las cajas de ahorro. Primero porque nacieron para ser el vehículo bancario de las clases populares, muy vinculadas a un territorio concreto. Pero es que además consiguieron algo muy importante que es la competencia. Gracias a las cajas de ahorro, los bancos españoles tenían que ser mucho más competitivos porque cuando llegaban, por ejemplo, a Santa Cruz tenían la caja local que les exigía tener un servicio mejor. Otro aspectos positivo es que impulsaron la obra social. Y todo esto las convirtió en el enemigo natural de los bancos. El gran obstáculo de la banca española para crecer y tener más beneficios no era otro que las cajas de ahorro y lo que las llevó a la muerte empresarial: su acaparamiento por parte de las élites políticas de cada territorio. Y le pongo un ejemplo. La prueba más clara de que el señor Miguel Blesa era un inepto profesional es que dejó un agujero de 24.000 millones de euros. ¿Su mérito? Ser muy amigo del presidente de Gobierno de turno”.
-Le debemos la pérdida de las cajas al señor Blesa y a quien lo colocó ahí…
“Cuando a España se le encendieron todas las alarmas fue cuando en mayo de 2012 se dijo que Caja Madrid tenía un agujero de 24 .000 millones de euros. Pero es que a éste se unió otro de 12.000 millones de Caixa Catalunya, presidida por Narcís Serra, sin ningún vínculo con el sector financiero. ¡Y qué vamos a decir de Bancaja en Valencia, o la CAM en Alicante! El esquema es el mismo en todas las cajas que estaba dirigidas por políticos en retirada a cambio de sueldos escandalosos y sin preparación financiera. Y ahora el sistema financiero español se va a encontrar con dos agujeros enormes: la desaparición de las cajas y de la competencia bancaria”.
-Y mientras tanto continúa el problema social de los desahucios…
“No se puede tolerar que en un Estado de derecho haya familias que tengan que salir de sus viviendas porque no pueden pagar las hipotecas en las condiciones estupendas que los bancos les ofrecieron, porque al final de lo que estamos hablando no es de casas sino de hogares. Los bancos tienen que buscar una solución a este problema y yo hubiera sido partidario de que si nosotros, todos los españoles, tuvimos que ayudar a las entidades financieras teníamos que haberles exigido unas condiciones, como por ejemplo, que ninguna familia saliera de su hogar. En Canarias, y todo hay que decirlo, la Caixa está haciendo un buen trabajo porque no ha realizado ningún desahucio. Además, está procurando que los propietarios se queden en la vivienda en régimen de alquiler y no con un pago como marca la ley (el 3% de la deuda), sino lo que pueda pagar y, en caso de que no pueda, la Obra Social ayuda. Otros bancos, como el BBVA, no lo hacen”.
 
El futuro está en las cajas rurales
Para Ángel María Garay, el hueco que han dejado las cajas de ahorro tiene que ser llenado por las cooperativas de crédito o cajas rurales, que “no solo se han mantenido en época de crisis, sino que han sido las únicas que han creado empleo. Si las cuidamos —asegura— pueden ir cubriendo poco a poco ese hueco”. Aun así, Garay advirtió de que hay movimientos para “eliminarlas, y eso, como ciudadanos, no podemos permitirlo porque han demostrado que han gestionado bien y han mantenido a los pequeños negocios olvidados por los bancos”. Por este motivo, el adjunto a la presidencia de Ausbanc instó a que “no dejemos que las apetencias de los bancos, o en este caso, de uno solo como es Cajamar, que tiene necesidades de capitalización, plantee convertir a todas entidades en bancos para así rebajar su capitalización. Debemos estar muy alertas para que no se permita que los bancos engullan a las cajas rurales porque son nuestra última esperanza de que haya algo de competencia en el mercado financiero”. “En Canarias, Cajasiete ha demostrado que ha hecho una buena actuación en todo este período y ha sabido capear la crisis ayudando al pequeño empresario y al sector primario, tan necesitado”, indicó.
 

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar