Estamos a tiempo (Som a temps)

Con placer acogemos en las páginas de "El Manifiesto" esta colaboración de José Alsina, destacado prohombre del somatén catalán denominado Somatemps.

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Al separatismo catalán y a su Gran Timonel Puigdemont (alias Cocomocho) no se le puede negar originalidad y creatividad. Si en un día son capaces de cargarse la Constitución, el Estatut y el propio reglamento del Parlament de Cataluña, y sacarse de la manga una Ley del Referéndum y una Ley de Transitoriedad a la Republica Catalana, creando una especie de pseudo- legalidad paralela, otro día se cargan ellos mismos su propia legalidad, creando tal confusión que ni ellos mismos saben dónde están.

Ayer Puigdemont inauguró una nueva fase de la política: la política quántica, aplicando los conceptos más novedosos de la física moderna al gobierno de la Polis: si un electrón puede ser a la vez onda y partícula, y si el famoso gato de Schrödinger puede estar a la vez muerto y vivo ¿Por qué Cataluña no puede ser a la vez una República independiente y una Comunidad Autónoma del Estado Español?

Bromas aparte, nadie puede negar que el discurso de Puigdemont fue un frenazo. La decepción se pintaba en las caras, no solamente de los diputados (perdón, diputadas) de la CUP, sino también en los manifestantes que esperaban junto al Arco de Triunfo. El enfado de la CUP contrasta con la “comprensión” de los paramilitares de la ANC y de Omnium, que, de repente han abandonado su lenguaje maximalista y hablan de “diálogo” (quien paga manda).

En este frenazo han influido diversos factores, pero hay uno importante a destacar: las movilizaciones de la sociedad catalana contra la Independencia. La gran manifestación del día 8 fue la culminación de un proceso de ya lleva años, de trabajo en las calles, en la sociedad, en la cultura. Pero antes de la manifestación del 8 estuvo la del 30 de octubre, las movilizaciones de apoyo a la Policía Nacional y a la Guardia Civil, las manifestaciones de protesta frente al PDcat, ERC y ANC, los Congresos de Catalanidat Hispánica….

Movilizaciones y fuga de empresas han sido dos factores fundamentales en el frenazo de Puigdemont. Tal como hemos dicho muchas veces al separatismo no lo va a parar el gobierno del Sr. Rajoy, ni los jueces ni los fiscales. Lo va a parar, lo está parando, la propia sociedad catalana, rebelándose contra él, y en esta rebelión que ya se percibe en las calles Somatemps ha sido y será la vanguardia.

Al separatismo se le puede derrotar, se le está derrotando.

ESTAMOS A TIEMPO

SOM A TEMPS

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