Tabarnia como provocación y como última bala

Tabarnia es la última bala de oro que nos queda antes de ser arrastrados por la marabunta, antes de que nos obliguen a saltar por un precipicio.

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Jaume Vives Vives (Barcelona, 1992) es un periodista que saltó a la fama, espoleado por las redes sociales, por haber combatido las caceroladas independentistas poniendo música de Manolo Escobar a todo volumen desde su balcón de la calle Balmes y por sus parodias del referéndum ilegal del 1-O colgadas en Youtube, también grabadas desde la mítica balconada. Pero la notoriedad máxima le ha llegado al ser nombrado a principios de año portavoz oficial de Tabarnia, el movimiento que propugna que las provincias de Barcelona y Tarragona se conviertan en una comunidad autónoma española diferente a la de Cataluña.

¿Cómo se explica que Tabarnia haya pasado de ser una perfecta desconocida a estar en boca de todo el mundo?
Es un misterio. No sabemos qué paso el día de San Esteban. El movimiento, que fue una ocurrencia de un catalán que había desconectado mentalmente de la Cataluña institucional, existía en internet y tenía algunos seguidores y adeptos, pero en un segundo plano. Y, de repente, explota y todo el mundo –las redes, los diarios, las televisiones– empieza a hacerse eco.

¿Influyó el resultado electoral del 21-D?
Posiblemente se sumó al fenómeno la preocupación social, las incertidumbres ante un futuro político que parecía negro y complicado.

Y sigue negro y complicado...
Se está confirmando que los independentistas no tenían proyecto, que eran débiles, que iban improvisando. Y ahora no saben por dónde tirar. Los nacionalistas han jugado con la ilusión de la gente. Ellos mismos sabían que la DUI no era viable y estoy convencido de que saben que se fundamentan en cosas que son falsas. Pero uno, cuando se encierra, olvida lo que es real e irreal. Si yo fuese independentista sentiría una frustración absoluta. Siguen jugando con la ilusión de la gente y para que no se les vuelva en contra, para que no les salpique la sangre, culpan de todo a España. Porque decirle a alguien que lo que le has explicado era mentira es durísimo. Nadie va a querer abrir los ojos.

¿Y ese es el papel que debe jugar Tabarnia?
Es esencial que logremos abrirles los ojos a muchísimas personas y les hagamos entender que tienen que frenar, que esto no puede seguir así. Por eso desde el nacionalismo (que controla los medios de comunicación) intentan silenciarnos. No entraba en sus planes que hubiera una disidencia que no fuera agresiva, que fuera alegre y normal. No les interesa que se sepa que hay gente con ocho apellidos catalanes que no comulga con el régimen (independentista). Les ha roto el esquema de que los buenos son los de aquí, los que hablan catalán, y los demás son los malos. Ahora eso ya no cuadra. Que gente de aquí de toda la vida diga que está hasta las pelotas les rompe el tinglado que tienen montado.

Pues decían que todo era una broma...
Ni mucho menos. Tiene un toque de humor que ojalá no se pierda nunca. El humor hace que las verdades sienten mucho mejor. Pero esto es algo muy serio, aunque surja como una respuesta divertida. En la medida en la que Tabarnia siga siendo un movimiento alegre, su éxito está garantizado, porque es una esperanza. Tabarnia es la última bala de oro que nos queda antes de ser arrastrados por la marabunta, antes de que nos obliguen a saltar por un precipicio. 

¿Qué están haciendo para que eso no pase?
Nos estamos organizando. Somos muchos y no solo en las redes. Contamos con gente muy capaz y muy válida que viene desde el mundo social, de la empresa, de la comunicación, de todos los ámbitos de la sociedad civil. Hay mucha gente que se nos acerca de forma espontánea. Porque el auge de Tabarnia ha sido una respuesta natural del pueblo, no algo artificial como el nacionalismo, que se ha fabricado por la continua matraca desde los medios de comunicación, las redes clientelares y la educación. Pero toda esa bola ahora les ha explotado en las manos.

¿Y cuentan ya con una estructura sólida? 
Hay un equipo de coordinación y mucha gente que va haciendo cosas por su cuenta. Pero dentro de nada seremos una asociación con caras visibles y quien quiera se podrá adherir a la entidad, ver cuáles son sus actividades y su hoja de ruta. Tabarnia se va a convertir en un gran movimiento transversal a lo grande, potentísimo. Lo próximo que vamos a hacer es una gran manifestación en Barcelona. Para que el independentismo tenga claro que no nos vamos a dejar pisar, que nos va a ver en las calles.

Entonces, ¿no se va a convertir en un partido político?
No. en un partido político, no.

¿Aunque los partidos políticos no se estén tomando a Tabarnia en serio?
Se lo toman a broma porque ahora solo somos un gran espejo en el que el independentismo se ve reflejado y que saca a relucir sus vergüenzas. Pero si llega ese momento en que los independentistas deciden continuar por la via unilateral y optan por cargárselo todo, en ese momento los políticos verán que Tabarnia es el único modo de frenarlos.

Eso significa que no solo son un espejo.
Ese era nuestro primer objetivo y en ese sentido ha sido todo un éxito, por el que se han interesado el New York Times, Le Figaro, la BBC.. Pero nuestro gran objetivo es recuperar todo lo que el independentismo y el nacionalismo nos han ido arrebatando: nuestra verdadera historia, la normalidad laboral y empresarial. También queremos cambiar la ley electoral para que no de tanto peso a lugares donde hay poca población. No puede ser que el independentismo consiga menos votos, pero tenga la mayoría en el Parlament.

¿Y si eso no resulta suficiente?

Se está trabajando en la viabilidad de que Tabarnia se convierta en una comunidad autónoma propia. Así, si llega ese momento ya estará todo el trabajo hecho.

¿Acabará Tabarnia siendo una comunidad autónoma?
Espero que no se llegue a ese extremo. Yo prefiero que las cosas vuelvan a la normalidad. Y normalidad significa volver atrás muchos años, más allá incluso de Pujol. Porque con Pujol las cosas ya no estaban en la normalidad. Pujol es el instigador de todo esto. Espero que podamos vivir en una única comunidad autónoma en libertad, en la que deje de distinguirse entre buenos y malos. Y, sobre todo, en una comunidad en la que deje de utilizarse nuestro dinero para fomentar el odio. Pero va a ser un proceso lento porque el independentismo ha metido la zarpa en todo.

¿Y si no se consigue?
Si todo esto no se consigue, Tabarnia se hará realidad. Contamos con un equipo jurídico muy potente que está trabajando duro para que si llega el momento de constituirse en comunidad autónoma propia, ya esté todo masticado y sea, prácticamente, automático.

¿Y una comunidad autónoma propia arregla algo? 
Para que dos millones de personas puedan seguir sintiéndose catalanes y españoles es posible que no haya más remedio que hacer realidad Tabarnia. Cataluña no se entiende a lo largo de la historia al margen de esa relación tan profunda que ha habido entre todos los pueblos de España. España es nuestra casa.Es falso que si eres catalán no puedes sentirte español. Tabarnia es la garantía de que sin dejar de ser catalanes vamos a poder seguir estando en nuestra casa, que es España. Sería una pena, pero nosotros no somos los que queremos construir fronteras, los que hacemos grandes esfuerzos para dividir al pueblo, los que jugamos con el pan de la gente, los que quieren llevar a un pueblo entero a la ruina. Nosotros somos un movimiento de defensa, no de ataque.

¿Entonces esto no acabará bien? 
Solo hay una solución para que sea así, y pasa por la humildad. Nos hemos olvidado de que por encima de las ideas están las personas y que nuestros vecinos son eso, nuestros vecinos, y no nuestros enemigos. Pero para eso hace falta mucha pedagogía. La lástima es que nadie se está esforzando lo suficiente para conseguir eso. Los francotiradores del régimen siguen señalando a la gente que no piensa como ellos. Por eso se necesita Tabarnia, porque tiene que haber un garante de que en Cataluña se van a hacer bien las cosas, de que no se va a volver a jugar con nuestra libertad y con nuestra inteligencia.

© Metrópoli Abierta

 

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