El virus borbónico en España

La llegada de los Borbones al trono de España fue el virus que acabó con el imperio español.

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Mucho más relajada que en sus últimas apariciones, en una de sus primeras entrevistas para promocionar su libro Imperofobia y leyenda negra, María Elvira Roca Barea explica sin tapujos cómo la leyenda negra fue impregnando las élites intelectuales españolas hasta llegar al cambio de dinastía. Para la historiadora no caben dudas: “La llegada de los Borbones a trono de España fue el virus que acabó con el imperio español”.

La entrevista fue publicada en la radio alternativa Histocast, un posdcast, creado por Goyix Salduero. En esa emisión del año pasado, Roca Barea estuvo acompañada por el economista y jurista Hugo A. Cañete. El programa, que tiene un formato largo (más de tres horas), permite, como lo aseguran sus creadores, “hablar de Historia entre amigos”, lo cual es una gran cualidad, pero también un gran defecto en la medida en que los temas tratados, a pesar de ser presentados de manera ordenada, no evitan que el oyente pierda el hilo, en la medida en que el entrevistado desarrolla su pensamiento y expone sus puntos de vista y sus conocimientos.

Entresacamos este desarrollo esencial:

“Cuando se produce el cambio de dinastía que es realmente el momento en que comienza la involución hacia el interior en el imperio. Cualquiera que tuviera un poco de vista histórica hubiera comprendido que la llegada de los Borbones iba a marcar el final. Eran el virus necesario para que esa muerte se produjera. Una estructura formidable, tan enorme como el imperio español no se viene abajo en cinco minutos, ni en una generación, ni en dos, ni en tres […]. Se necesitaba mucho tiempo de putrefacción para poder consumirlo; pero la llegada de los Borbones, digamos, es el virus que inocula la enfermedad que va a llevarlo a su fase terminal. Evidentemente, llegan nuestros Borbones y les acompaña una clase ilustrada que tiene asimilados todos esos tópicos [los de la Leyenda Negra] y se produce ese fenómeno, que sigue vivo, del que hablábamos antes. Ortega lo vio también: el extrañamiento entre las clases ilustradas y el pueblo”.

© El Diario de la Marina

 

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