El 86% de los obreros votaron al partido populista

Austria: nunca un partido identitario había llegado tan lejos

El FPÖ ha perdido una batalla, pero ¡la guerra no ha hecho sino empezar!

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El candidato del partido populista austriaco FPÖ Norbert Hofer acabó perdiendo, con un 49,7% de los votos, en la segunda vuelta de las elecciones a la presidencia de la República del pasado 22 de mayo, donde luchaba con el candidato independiente apoyado por el partido ecologista y miembro del mismo Alexander Van der Bellen. Este resultado excepcional, a dos dedos de la victoria, se consiguió a pesar de los obstáculos de todo tipo que el sistema imperante colocó en el camino de Norbert Hofer y de su partido.
 
Norbert Hofer tuvo que hacer frente a la prensa del sistema, que lo diabolizó y tildó de candidato de “extrema derecha”, mientras que a su oponente nadie le colgaba la etiqueta de “extrema izquierda”.
 
Según un sondeo efectuado inmediatamente después de las votaciones, el 86% de los obreros votaron a favor del candidato identitario Norbert Hofer. Sin embargo, éste no obtuvo buenos resultados en los barrios obreros de Viena, lo cual parece demostrar que el electorado procedente de países musulmanes y del Tercer Mundo, que en parte ha colonizado estos barrios, se movilizó para impedir el triunfo de Norbert Hofer.
 
No se garantizó el secreto del voto
 
Los votos por correspondencia no tienen asegurado su carácter secreto. Representan, sin embargo, un peso importante a la hora del escrutinio. Como el candidato populista Norbert Hofer se quedó un poco por debajo del 50%, una duda planea sobre los resultados, pues es probable que en los bastiones rojos, especialmente en las residencias de ancianos, se hayan podido producir manipulaciones.
 
Como los socialdemócratas y los conservadores comparten en Austria el poder desde hace décadas, ello les ha permitido colocar a amigos suyos en todos los niveles del aparato estatal. Quienes les deben favores han tendido a no votar al candidato del FPÖ, partido que desde hace décadas denuncia el “sistema del carnet del partido”.
 
En los años treinta Austria conoció tensiones políticas muy graves. Los conservadores instauraron una dictadura y su canciller Engelbert Dollfuss hizo disparar sobre los obreros socialdemócratas de Viena, la Roja. Murieron varios centenares de ellos y otros miles resultaron heridos. Después de la guerra el sistema de consenso hizo que los dos partidos dominantes, los socialistas y los conservadores, compartieran el poder a todos los niveles, a fin de evitar una nueva polarización de la sociedad. Ahora bien, ahora Austria ha abandonado esta cultura del consenso y se halla de nuevo polarizada, ya no entre los rojos y los conservadores, cuyo color es el negro, sino entre los verdes ecologistas y los azules populistas.
 
¿Quién votó por Norbert Hofer?
 
Gente procedente de todas las capas de la sociedad votó por el candidato populista. Los resultados electorales se caracterizaron, sin embargo, por una fuerte división: social, cultural, ligada al nivel de estudios, mujeres-hombres, ciudad-campo. El candidato populista o identitario es ante todo el candidato del pueblo, de los trabajadores manuales, de las personas que no tienen un alto nivel de estudios, de quienes viven en el campo. En cambio, el candidato verde Alexander Van de Bellen es el candidato de los burgueses pijoprogres que han realizado estudios superiores, así como de las mujeres que viven en las ciudades.
 
También se manifestó una división geográfica, tanto después de la primera como de la segunda vuelta electoral: el sur y el este, situados cerca de las fronteras por donde llegan los inmigrantes, votaron por el identitario Norbert Hofer, mientras que Alexander Van der Bellen obtenía buenos resultados en el norte y el oeste, menos expuestos al flujo de inmigrantes ilegales.
 
Alexander Van der Bellen también contó con los votos de candidatos de la primera vuelta que habían quedado eliminados, así como con los votos de quienes se habían abstenido en la misma.
 
El presidente Alexander Van der Vellen ha sido elegido para un periodo de seis años. Las próximas elecciones legislativas están previstas para 2018, pero pueden producirse con anterioridad si uno de los dos partidos del actual gobierno compuesto por socialistas y conservadores arroja la toalla.
 
De momento, y de acuerdo con los sondeos, el FPÖ es el primer partido del país. Alexander Van der Bellen había indicado que, si fuera elegido presidente, no permitiría que un gobierno constituido total o parcialmente por el FPÖ y que mantuviera sus actuales posiciones en materia europea, tomara el mando del país, habiendo añadido que preferiría disolver el Parlamento y organizar nuevas elecciones. Alexander Van der Bellen declaró inmediatamente después de su elección que en ningún momento encargaría al presidente del FPÖ Heinz-Christian Strache formar gobierno, incluso si el FPÖ ganara las elecciones legislativas de 2018. Norbert Hofer y Heinz-Christian Strache afirmaron que aspiran a la victoria del FPÖ en 2018 y desean que su partido sea tan fuerte electoralmente que resulte inevitable que gobierne. El FPÖ ha perdido una batalla, pero ¡la guerra no ha hecho sino empezar!

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