El fin del liderazgo norteamericano

Paul Craig Roberts (Subsecretario del Tesoro bajo Ronadl Reagan) presenta un muy pesimista análisis sobre el futuro de Estados Unidos. No ve cómo podrían retomar su liderazgo, al tiempo que no deja de observar al antiguo rival —Rusia— para preguntarse si el mundo no está asistiendo al advenimiento de una nueva era «Putin».

Un número increíble de personas, en Estados Unidos y en el extranjero, espera que el Presidente Obama ponga fin a las guerras ilegales emprendidas por Estados Unidos, que termine con el apoyo que éstos otorgan a las matanzas de libaneses y palestinos cometidas por Israel y que castigue, en lugar de recompensarles, a los banqueros gángsters (o banksters estafadores) cuyos fraudulentos instrumentos financieros han destruido la economía y causado enorme dolor por el mundo entero. Si los nombramientos efectuados por Obama son indicativos de su política, toda esta gente tan esperanzada va, sin embargo, a quedarse bien decepcionada. […]

Lo que es desalentador es que, incluso enfrentado a una crisis económica y a una crisis de política exterior, el sistema político estadounidense es incapaz de producir el menor liderazgo. Nos encontramos en la peor crisis económica de toda una vida, quizá de nuestra historia, y en vísperas de una guerra en Pakistán y en Irán, mientras que la guerra en Afganistán sigue escalando posiciones. Y todo lo que obtenemos es un gobierno constituido por estas mismas personas que nos han traído esta crisis.

La era del liderazgo estadounidense es cosa del pasado. El sistema financiero de estafadores norteamericanos ha sumido al mundo entero en la crisis económica. Existe el sentimiento de que las guerras de agresión de Estados Unidos sirven a objetivos tales como el enriquecimiento de industrias militares asociadas a Dick Cheney. El mundo está en busca de otro liderazgo.

Vladimir Putin actuó hábilmente en Davos para asumir este papel. Su discurso, en la ceremonia de apertura, fue el más inteligente de toda la reunión. Putin recordó al Foro Económico Mundial que los delegados estadounidenses que se expresaron desde aquella tribuna hace apenas un año, habían insistido en la estabilidad fundamental de la economía estadounidense y en sus claras perspectivas. Hoy, los bancos de inversión, orgullo de Wall Street, prácticamente han dejado de existir. En muy exactamente doce meses se han hecho públicas pérdidas superiores a los beneficios obtenidos por tales bancos durante los últimos veinticinco años.

Putin defendió la idea de que ha fracasado el actual sistema financiero, basado en el dólar y en la hegemonía financiera estadounidense. Al mismo tiempo demostró que su comprensión de la economía es superior a la del equipo de Obama cuando declaró que crear más deudas sumadas a las «deudas inextricables», como lo hace Obama, «prolongaría la crisis».

Lanzando otra puya contra el fracasado liderazgo económico de Estados Unidos, Putin declaró que es hora de deshacerse del dinero virtual, de los falsos informes financieros y de las anotaciones dudosas de créditos. Putin propuso un nuevo sistema de divisas de reserva destinado a «sustituir el actual concepto mundial de carácter unipolar que está más que obsoleto». Putin dijo que un mundo en seguridad requiere cooperación, la cual necesita a su vez confianza. Dejó bien claro que Estados Unidos había demostrado que no se puede confiar en ellos.

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