"2036. Omena-G": la última producción de Els Joglars

Riéndose de la muerte con emoción

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Cosas que nadie hace, y cosas que sólo Albert Boadella y Els Joglars son capaces de hacer: mirar cara a cara a la muerte, la de uno mismo (no la del vecino), y reírse a mandíbula batiente, sarcástica, gozosamente. Con la clara conciencia de que ningún “más allá” nos espera. Mirarla como sólo los fuertes, sólo los valientes la saben mirar. Sin patetismo ni compunción.

Pero emocionadamente. Con la profunda emoción que, después de la más liberadora risa, embarga al espectador: sobre todo al final, cuando los ocho actores que, recluidos en un geriátrico, celebran (en 2036) el 75.º aniversario de la compañía que este año acaba de cumplir cincuenta, deciden morir con las botas puestas, en escena, como lo hiciera el gran Molière.
He ahí el meollo de la obra. Una parte del meollo, mejor dicho. Porque todo ello se acompaña de la sátira más mordaz contra la degeneración de nuestra sociedad. En 2036, dentro de 25 años, las cosas no se habrán arreglado, piensan Boadella y Els Joglars. Al contrario, habrán empeorado considerablemente, como lo muestra la constante contraposición, sobre todo en la primera parte de la obra, entre los ocho viejos actores (¡y qué grandiosos actores!) y los dos jóvenes cuidadores que se ocupan de ellos. Hablan estos últimos un batiburrillo de inglés y español acompañado de la sincopada y estridente gestualidad que, cualquier noche de botellón, podemos observar hoy mismo entre nuestros jóvenes.
La simplona jerga anglo-hispánica que, carente de sintaxis, hecha de palabras sueltas, amontonadas, se ha impuesto definitivamente en 2036, obliga a traducir a esa Novlengua el esmerado español que hablan los actores de esta compañía catalana a la que no le ha quedado más remedio que expatriarse de Cataluña. “No sé si pillan ustedes mi español antiguo...”, llega incluso a preguntar en una ocasión la gran Pilar Sáenz.
Y junto con todo ello, la necesaria, salubre, sarcástica carga contra todos los tópicos y todos los tics con los que la progresía “culturalo-mediática” empozoña el aire que nos envuelve.
Els Joglars: uno de los escasos bastiones, casi el único, en el que unos grandes creadores se alzan en España frente a las insidias perpetradas por el establishment que nos domina. Y se alzan no de cualquier forma, sino con notable y merecido éxito, fuera de cualquier marginalidad.
Pero nada de ello sería posible si no se sustentara en el extraordinario trabajo tanto de concepción como de actuación de estos actores (¡unos auténticos monstruos de la escena: todos, sin distinción!) que, por su propia forma de trabajar y elaborar conjuntamente textos y proyectos dramáticos, constituyen una de las experiencias teatrales más innovadoras y audaces de toda Europa.
2036. Omena-g (en la Novlengua se escribe así, sin hache y con "g"): en Madrid, en los Teatros del Canal, hasta el 4 de abril.

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