¿Quién ha dicho que los héroes están cansados?

La piloto de caza que eligió morir para tener a su bebé

Se llamaba Caroline Aigle. Era la primera mujer que consiguió ser piloto de caza de la Armada francesa. Llena de espíritu aventurero, se preparaba para ser también astronauta. Se había casado con un piloto; esperaban un hijo. Este pasado mes de julio, embarazada de cuatro meses, recibió una noticia espantosa: sufría un cáncer irreversible. Podía recibir un tratamiento para alargar su vida, pero eso mataría al bebé. Le aconsejaron abortar. Caroline, valiente, libró el mayor combate de su vida: rechazó el tratamiento para que su hijo pudiera nacer. Caroline murió el pasado mes de agosto; pocos días antes nacía su hijo, Gabriel.

Compartir en:

Elmanifiesto.com
 
Caroline Aigle hubiera cumplido 33 años de edad el último 12 de septiembre. La primera mujer piloto de caza de la Armada Francesa y futura astronauta murió el 21 de agosto víctima de un cáncer fulminante. Su país aún la llora y no deja de conmoverse por su valiente sacrificio: estaba embarazada de cinco meses cuando supo que padecía esa enfermedad terminal y optó por postergar su tratamiento para que su hijo pudiera nacer. Lejos de derrumbarse, la mujer se enfrentó a la adversidad y no hizo caso a los médicos que le aconsejaron abortar para tratar de extender su vida.
 
Junto a su esposo, el también piloto Christophe Deketelaere, decidió darle una oportunidad al nuevo miembro de su familia. Su hijo nació a inicios de agosto con solo cinco meses y medio de gestación. Lo llamó Gabriel. Nació muy pequeño pero sigue luchando por su vida y tiene muchas posibilidades de salir adelante.
 
Su último combate
 
“No podía detener la vida de un ser que había llevado consigo por cinco meses. Me dijo: ‘Él tiene el derecho de tener posibilidades como yo’”, declaró Christophe a RTL. Para su esposo, este embarazo fue “su último combate y lo ganó”. Antes de morir, pudo ver a su hijo varias veces y cargarlo en sus brazos. “Fue heroica hasta el final”, aseguró.
 
Caroline Aigle (que significa “águila”) nació en Montauban en 1974. A los 14 años de edad ingresó en la escuela militar de Saint-Cyr. En mayo de 1999 se convirtió en piloto de caza y estuvo a cargo de un Mirage 2000-5 del Escuadrón de Caza Côte d´Or en Dijon. En 2005 se convirtió en comandante de escuadrilla y desde 2006 desempeñaba funciones de seguridad en vuelo en el centro de mando de Metz.
 
Su funeral fue presidido por el sacerdote Pierre Demoures, un ex piloto de combate. En su homilía, el Padre Demoures recordó a Caroline como una persona que condujo a la gente a Cristo con “sus cualidades, amabilidad, disponibilidad, pasión” y por sus “opciones” al considerar “a su hijo como una vida que excedía la simple visión humana de la vida” y por la cual “retrasó un tratamiento que era urgente”.
 
El sacerdote recordó que cuando Carolina y Christophe le buscaron para preparar su matrimonio, le pidieron un texto que no hablara del amor del uno por el otro “sino que tratara del amor que nos abre y lleva a amar a los demás”. “La gran lección que nos dio Carolina, es la urgencia de amar. No una urgencia de temer, sino la urgencia vital de saber que sólo el amor trae vida. El hombre está hecho para la vida. Esta urgencia puede hacer que el amor sea más fuerte y dar vida a un tesoro en medio de los eventos más trágicos”, aseguró el sacerdote.

Todos los artículos de El Manifiesto se pueden reproducir libremente siempre que se indique su procedencia.

Compartir en:

¿Te ha gustado el artículo?

Su publicación ha sido posible gracias a la contribución generosa de nuestros lectores. Súmate también a ellos. ¡Une tu voz a El Manifiesto! Tu contribución, por mínima que sea, dará alas a la libertad.

Quiero colaborar