Autor:

Xavier Río

¿Y tú? ¿Has elegido ya?

Yo ya elegí

por Xavier Río

Para ser un hombre, renunciando a la monstruosidad líquida, informe e insulsa de una errática vida moderna, soberbia, mecánica, mezquina e inauténtica.

Con la venia, palabras de afecto a la juventud: Enjoy!

por Xavier Río

Porque tú ya lo sabes... La palabra Dios fue engendrada para designar la satisfacción ruidosa de tu apetito voraz, insolente, insaciable, eterno en su miseria irrefrenable. Tus padres serán colegas o no serán. Atiende bien a tus padres, y a los padres de estos, y procúrales una atención inferior a la de tu "cultura". "Cultura": esa vertiginosa y soluble estupidez en la que tú y las mayorías, os implicáis con el mismo ímpetu con el que termináis aburriéndoos y os enredáis maquinalmente así a otro hechizo.

¿Sin tiempo?

por Xavier Río

Sin tiempo para hacer del nuestro, un tiempo regado de sentido, verbalizado mediante rituales, un tiempo que sea pleno en su cotidianidad. Sin tiempo para atender nuestra capitanía con respecto a la posteridad, para asumir que la cuna de la civilización se apuntala merced a la existencia efectiva y cohesionada de las familias, cuya cuantía refleja la fecundidad, el vigor, y la fe de una comunidad.

Gloria a Caín

por Xavier Río

Y sucede que cuando una cultura no amarra su ser en la pervivencia de un arquetipo que franquea lo contingente, lo puramente temporal o histórico, el hombre deja de sentir fecunda su experiencia de la virtud, es decir, de concederle un lugar trascendente en su vida.

Acercamientos a un hereje de la modernidad

por Xavier Río

Mencionar a Gómez Dávila es referirse a un pensador que no consta apilado en ninguna de las estanterías de la Cultura Oficial, debido a lo cual es más que razonable que el lector desconozca la peculiar obra del mismo. La de ese autor, que con mayor o menor acierto también han apodado como el Nietzsche colombiano, constituye un auténtico compendio de orientaciones y de reflexiones dirigidas al hombre emboscado que en solitaria vigilia navega en este océano de pasivo sonambulismo, donde cuesta a veces reconocerse entre los semejantes.