Los señores del dinero quieren ser también señores de la tierra. Ello da un color muy singular a ese mandamiento predicado desde Davos: «no tendrás nada y serás feliz».
"¡Al rico insecto, a la nutritiva cucaracha!", "¡Venga comida ecofriendly por aquí, venga platos ecosostenibles por allí!", claman las élites (o lo que pretende serlo).