La embarullada Ley Celáa incide en las graves debilidades de nuestro sistema educativo marginando el idioma español y planteando un adoctrinamiento feroz en materias como la paridad o la inclusividad.
Nada como un eslogan para describir el final simbólico de los blancos allende el Atlántico. Una fórmula como "No hay problema en ser blanco" es más que expresiva.